Por Kuntha Kinthe
Guerrillero BCJB FARC- EP
Los guerrilleros de las FARC-Ejército del Pueblo, nos alzamos en armas hace 50 años porque la clase política oligárquica ha sido incapaz de solucionar la ardua crisis y desigualdad que vive Colombia, porque no han hecho el empeño por construir un proyecto de nación que unifique el sentimiento patriótico, de soberanía y dignidad que nos legara el Libertador Simón Bolívar.
Estos 50 años de dura confrontación han involucrado a 3 generaciones de colombianos que han sido testigos presenciales y autores de ella, en la que siempre ha habido un solo perdedor: el pueblo colombiano. Se hace urgente analizar desde un punto de vista crítico la responsabilidad de las Fuerzas Militares y de policía en la prolongación del conflicto en Colombia. A los militares y policías les correspondió la difícil tarea de atenazar a todo aquel que se levante y se organice en defensa de los intereses populares y contra el orden implantado, todo esto para garantizarle a unos pocos privilegiados que disfruten de las riquezas patrias y de la inmunidad por pertenecer a la elite gobernante.
Ante la cada vez más difícil situación de orden público por la que atraviesa nuestro país, hemos tomado la decisión de dirigirnos a ustedes, que son el poder real, para decirles con sentido de pueblo, lo siguiente:
Las Fuerzas militares y de Policía no pueden continuar siendo el principal factor que impida la reconciliación y la reconstrucción nacional. El lenguaje agresivo y la actitud triunfalista no contribuyen en nada a mejorar el ambiente de paz creado con muchos esfuerzos por otros sectores que piensan en el bienestar social. Creer en el triunfo militar sobre unas guerrillas, que han resistido a 13 mandatos presidenciales, todos trabajando en dirección de acabarlas, es una quimera y siempre lo será.
Terminar un conflicto de medio siglo, que ha anegado el suelo patrio con sangre de sus mismos hijos, dejado viudas, huérfanos, inválidos, mutilados, psicosiados , y otros tantos males en sus pobladores, requiere de mesura y de voluntad. Es simplemente dirimir las diferencias entre contendores y no tratar de imponer condiciones que contradigan la realidad. El escenario en que vive el pueblo es el de las necesidades, se pasa hambre, dolor, angustia. El presupuesto destinado para la guerra se está llevando al extremo, y no se entiende porque esta cuantiosa suma sigue siendo mantenida en secreto. Si se tomara la decisión de invertir este dinero en inversión social, se podría solucionar en su totalidad los problemas de indigencia, muertes por falta de asistencia médica, analfabetismo, vivienda. En los campos se respiraría una fragancia de primavera y no la de pólvora y herrumbre por la desolación.
Hemos obtenido información por distintas fuentes de absoluta confianza, que nos confirman que el señor Santos, presidente de la República, los reprime reiteradamente en escenarios públicos y privados, por su ineficacia, según él, en las operaciones militares contra la guerrilla. Su doble discurso lo lleva a dar en unos casos pan y en otros garrote, por eso los alaba cuando logran algún éxito. Un militar no se debe conformar con zalamerías y alabanzas. El haber sido ministro de Defensa en el gobierno del señor Álvaro Uribe Velez no hace al señor presidente conocedor de la táctica de la guerra de guerrillas en el escenario de nuestra patria, quienes en realidad la conocen son ustedes, los que se mueven y batallan en los teatros de operaciones asignados. El no tiene en cuenta los grandes sacrificios y el profesionalismo de ustedes, en su difícil tarea de combatir a la guerrilla. El, aprovechando su vanidad y no satisfecho con sus resultados, va cambiando la cúpula militar sin tener en cuenta la línea de mando, como si esta fuera la solución, argumentando algún motivo, creando inconformidades dentro de las Fuerzas Armadas.
Además de la presión presidencial, se suma la del parlamento y demás poderes públicos, que siguiendo las teorías y la práctica de Santander, crean leyes para hacerlos a ustedes más violentos y represivos contra su propio pueblo, colocándose a favor de los politiqueros y corruptos, asentados en los poderes del Estado y su régimen político gobernante, responsables de la crisis política, económica, social y financiera de Colombia.
¡Ojo!, Historia es todo lo que se hace y si se escribe mucho mejor. Por la historia conocemos hoy y juzgamos a personajes de hace tiempos, por eso nos atrevemos a calificar sus actos. Si miramos lo ocurrido en nuestro país de hace 50 años para acá, cualquier historiador pudiera escribir que no ha habido un militar burgués que sirva de ejemplo ante el pueblo por un hecho realmente patriótico de soberanía y de dignidad nacional, nada de esto es un secreto ni lo será en las próximas generaciones, para eso están los testimonios reales y documentados hasta el momento. Téngase en cuenta que la historia condena o absuelve y nadie quiere que su linaje cargue con la deshora en los años venideros.
El general Santander, mal llamado el hombre de las leyes, es tildado por los patriotas como traidor, al entregar todo lo conquistado por Bolívar en la campaña de independencia y ponerlo al servicio de los ricos y traicionar la causa de los pobres y explotados. No olvidemos lo que le dijo Bolívar a Santander, que a ese paso dejaríamos de ser una colonia de España para convertirnos en una colonia de los Estados Unidos y Santander hizo caso omiso.
Lo contrario es el caso del gran mariscal de Ayacucho Antonio José de Sucre que es recordado como el prócer de la independencia que vivió y murió pensando siempre en la conformación de un verdadero ejército Bolivariano que cambiara el destino de Colombia.
Señores Militares, conocemos que entre ustedes están los militares bolivarianos, los patriotas con sensibilidad social, dispuestos a defender la dignidad y la soberanía de nuestra patria. Esos militares a los que les molesta las actitudes grotescas de una institución desprestigiada, que no están de acuerdo con los malos manejos internos de la misma, y que sus sentimientos no les permiten aceptar conscientemente ser verdugos de sus compatriotas, a esos militares patriotas, que hoy visten el uniforme de las Fuerzas Militares de Colombia, es a los que invitamos a que se nieguen a cumplir las órdenes que los convierten en antagonistas de su propio pueblo, y a que se organicen en Núcleos Bolivarianos para luchar por cambios que nos beneficien a todos.
Militares, soldados, suboficiales y oficiales que hoy piensan como Sucre, José María Carbonell, Antonio Nariño, Córdoba, Ricaurte, Policarpa Salavarrieta, y Manuelita Sáenz, solo falta que tomen la decisión de plantear la creación del verdadero ejército bolivariano, que se encargue de acabar con la corrupción que el Estado ha impuesto desde la época de la independencia y como escuela de Santander. De igual manera, tenemos claro que ser patriota de verdad en el ejercito de la burguesía, es una “deshonra” y no les queda más opción que calificar servicios o de lo contrario quedarse callados. Es hora de dar un paso al frente y como militares patriotas decirle a nuestro pueblo que vamos a unir esfuerzos para terminar de una vez por todas con las infamias.
Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia y qué decir del pueblo colombiano, que queremos la paz reafirmamos que hacemos nuestro mayor esfuerzo por limar asperezas, lograr el entendimiento y atender el clamor y el llamado que nos hacen a diario toda la gente de bien de nuestra patria y que permita poder dar el grito de libertad y garantizar la segunda y definitiva independencia.